Resumen: A la pequeña Laura le ha surgido una duda muy importante después de una larga discusión en clase sobre Cenicienta: ¿Las princesas también se tiran pedos? Su amigo Marcelo les ha confesado que la famosa princesa se tiraba muchos pedos. Afortunadamente, el padre de Laura, al que le gustan los libros y las buenas historias, posee el libro secreto de las princesas, donde Laura encontrará las respuestas a todas sus preguntas.

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Opinión: Es un libro que capta la atención de los niños ya de por sí por el título tan llamativo. Les hace mucha gracia. El texto en sí está bien, ya que rompe con el tópico de las princesas perfectas y delicadas a las que les encanta el color rosa. Las ilustraciones y el texto hacen que podamos erradicar con ciertos estereotipos e idealizaciones que nos rodean. Aunque he de admitir, que éstas no son de las más bonitas que he visto. Sin embargo, el objetivo lo consiguen a la perfección, puesto que acercan a los niños a conocer personajes como Blancanieves, la Sirenita o Cenicienta desde otro punto de vista más humano y real. El cuento es divertido y enseña, que ante ciertas cosas, todos somos iguales y que ninguna princesa va a dejar de serlo por tirarse pedos. En definitiva, un libro divertido para leer a los más peques o a partir de 6 años para que lo lean ellos mismos.

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Utilización: Ideal para observar las principales diferencias entre las princesas que vemos en las películas de Disney y en la literatura, y éstas princesas más humanas y cercanas a nosotros. (Que van despeinadas, que no tienen por qué llevar maquillaje, que también hacen sus necesidades y se tiran pedos etc.)

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También es genial para romper con estereotipos en cuanto al género se refiere: colores, vestimenta, gustos y preferencias en los deportes etc. Y para trabajar la igualdad.

Una actividad que podríamos realizar es anotar o decir en voz alta otras cosas que las princesas pueden hacer. También, podríamos imaginarnos la historia pero teniendo en mente a un príncipe y haciendo una lista de las actividades que éste puede hacer diferentes a las de las películas de Disney. E incluso intercambiar roles entre las actividades del príncipe y la princesa.

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Como siempre digo… ¡Las ideas y usos son infinitos!