Resumen: Esta es la historia de una niña que nace y crece feliz en la naturaleza, rodeada de animales. Los osos le han enseñado a pescar y comer, los pájaros a hablar y los zorros a jugar y pasarlo bien. Ella es una niña divertida, valiente, audaz y sobre todo increíblemente libre. Sin embargo, un buen día unos seres extrañamente parecidos a ella entran en escena y revolucionan su sentido de vivir. ¿Lo permitirá?

 

Opinión: Este libro es una verdadera joya. Las ilustraciones y el texto son de Emily Hughes una artista hawaiana; y ésta su primera creación. Las imágenes hechas con lápices, en un primer momento, que semejan texturas y gradaciones parecen tener vida propia; son simplemente preciosas. Los ojos de la protagonista son verdaderamente expresivos. En cuanto al texto, aunque no muy extenso, guarda un mensaje profundo: ¿A caso los seres humanos somos civilizados? ¿Todos debemos tener el mismo estilo de vida?

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Utilización: Cualquier niño y adulto puede sentirse identificado con el personaje ya que cuando la niña toma contacto con la sociedad, hay ciertas cosas que no entiende y que no acepta. En el caso del cuento: no le gusta que la peinen, que la enseñen a hablar el idioma de las personas, que la instruyan a comer con tenedor y cuchillo o incluso a jugar con juguetes. Ella aprecia la libertad de jugar, comer y hablar a su manera, de manera salvaje como hacía en la naturaleza. Y de la forma en la que ella se siente feliz.

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Con este libro se pueden trabajar aspectos como la rebeldía, la libertad y las normas sociales o modales.

También los sentimientos  y emociones que expresa la niña y los personajes de su alrededor: tristeza, sorpresa, enfado, diversión…

La moraleja nos viene a decir, que es complicado domar algo tan felizmente salvaje.

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Este libro me recuerda totalmente a la película "El pequeño salvaje” de François Truffaut. Inspirada en la historia de Víctor de Aveyron, niño que en 1790 fue encontrado en los bosques de Francia, cerca de Toulouse, donde aparentemente había pasado toda la niñez.

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Como siempre digo...¡los usos son múltiples e infinitos!